Detalles de la ruta
Descripción
Érase una vez en Marmande, Ferline, hija de un rico burgués, joven, bella y sabia. Peyrot Bory, de origen modesto, se moría de amor por ella, pero no se atrevía a confesárselo. Después de una visita a las Indias Occidentales y Nueva Granada, trajo en su equipaje una bolsa en la que había unas extrañas semillas planas, de color gris oscuro. Al regresar a Marmande, sembró las famosas semillas en un rincón soleado del jardín de su padre. A principios de verano aparecieron racimos de magníficos frutos rojos, redondos y suaves. Todas las mañanas recogía algunos y los colocaba en una pequeña cesta de mimbre que dejaba en el borde de la hermosa…